Una oleada de incendios puso ayer en jaque los municipios de As Neves y Ponteareas, donde anoche el fuego se daba por extinguido tras haber quemado unas treinta hectáreas.
En la villa de As Neves se vivieron momentos de pánico sobre las siete de la tarde, cuando el fuego, que se inició en cinco puntos distintos media hora antes, cercó prácticamente la villa poniendo en peligro viviendas e instalaciones públicas, entre ellas un colegio de Infantil y Primaria, con depósitos de gas propano, y una gasolinera, ubicada en otro punto de la localidad.
El inicio del incendio de As Neves, a las 18.30 horas, obligó a los medios de extinción, coordinados por la Consellería de Medio Rural de la Xunta y con participación del Ejército de Tierra, a desplazar el grueso de su operativo desde la zona de Oliveira, Guillade y Cumiar (en Ponteareas) hasta As Neves. Pese a los momentos de especial tensión, la virulencia de las llamas cerca de las casas, el humo que afectó a numerosos vecinos –siendo necesario el reparto de mascarillas–, pasadas las 21.30 horas se daba por cerrada la etapa de mayor peligro, y solo quedaba una lengua de fuego activa. Aún así se mantuvo cortada al tráfico la carretera de circunvalación y el paso a algunas calles de la villa donde el humo seguía siendo muy intenso, pero los vecinos desalojados por precaución pudieron volver a sus casas.
El incendio de Ponteareas se inició pasadas las 14.00 horas en Cumiar, se cree que también de forma intencionada, ya que llegaron a localizarse varios focos diferentes, y se extendió con rapidez por los montes de eucalipto –algunos ya quemados por otros incendios de julio– hasta llegar a viviendas y a la residencia de mayores de Guillade, que tuvo que ser desalojada por seguridad, pero donde no se produjeron daños personales.
Los vecinos lamentaron, en declaraciones a FARO DE VIGO, la acumulación de maleza en los montes.
Para la extinción de este fuego se emplearon cinco agentes forestales, nueve brigadas, seis motobombas, seis helicópteros, cuatro aviones, un Grupo Municipal de Intervención Rápida y dos palas excavadoras.
A Cañiza
El martes fue negro en la comarca de Condado. Las llamas se iniciaron con un foco en A Cañiza, en la zona conocida como alto de Moncelos, en las parroquias de Deva y Petán. Los medios operativos se trasladaron a esta zona y trabajaron hasta prácticamente las dos de la tarde dando por extinguido el incendio. Con el viento en contra, las brigadas terrestres y los medios aéreos trabajaron a destajo, “hasta quemarnos los pies” como aseguró un brigadista al que fuego prendió en una bota. En veranos anteriores, fuegos iniciados en esta zona tardaron días en extinguirse.
Las zonas en las que se produjeron los incendios ayer son, según un técnico vinculado a la investigación de incendios forestales en la comarca, zonas en las que en otros veranos se produjeron fuegos parecidos y se asegura que son intencionados. La Policía Autonómica y los servicios de investigación recogían ayer los primeros datos para dar con los culpables de estos siniestros.
Los vecinos recuerdan que un incendio en la misma zona de Cumiar hace unos seis años estuvo ardiendo durante varios días afectando a Ponteareas, Covelo, Mondariz y A Cañiza.
La localidad de Arbo también sufrió ayer un incendio de especial consideración y se produjeron otros focos en Porriño, Fornelos de Montes o Pazos de Borbén.
Corte de la vía férrea
Además de los cortes de las carreteras, entre ellas la PO-402 de Vilasobroso a Salvaterra y la circunvalación de As Neves, también sufrió un corte la línea férrea Ourense-Vigo. Por esa razón, casi 250 pasajeros de Renfe se vieron afectados. Las llamas cercaron las vías en zonas como Salvaterra y As Neves y varios trenes tuvieron que parar la marcha.
El primero fue el Arco que venía de Bilbao en dirección a Vigo. El maquinista tuvo que frenar en Guillarei y, aunque minutos después la compañía le dio el visto bueno para que continuara, los responsables forestales obligaron de nuevo al convoy a que se detuviera. El tren puso salir de nuevo pasadas las 22.10 horas. El Talgo que cubre la línea Madrid-Vigo también tuvo que detener su marcha con más de cien pasajeros a bordo.
El otro convoy de larga distancia afectado por las llamas fue el tren-hotel Vigo-Barcelona, que partió de Urzáiz pasadas las seis de la tarde. Las 30 personas que salieron de Vigo en este ferrocarril estuvieron al menos 90 minutos parados en la terminal de Salvaterra. Al cierre de esta edición, la compañía no había decidido todavía el plan alternativo para llevarlos a la ciudad condal.
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