Unas 10 mil hectáreas de las 42 mil que conforman el Parque Nacional de Brasilia han sido devoradas por los incendios producidos por la sequía que afecta a Brasil desde abril. Pese a esta devastación, efectivos del cuerpo de bomberos aseguraron que apagarán las llamas en las próximas horas.
El Gobierno de la capital de Brasil, Brasilia, decretó este martes el estado de emergencia para poder afrontar los incendios que han acabado con la cuarta parte de un parque nacional desde el pasado domingo, producidos por la intensa sequía que azota a todo el país desde abril pasado.
Gracias a este decreto se podrá disponer de recursos de manera inmediata para poder combatir los efectos de los voraces incendios, señaló en un comunicado el gobernador del Distrito Federal, Rogerio Rosso.
Hasta ahora, las llamas han consumido unas 10 mil hectáreas de las 42 mil que posee la reserva natural, indicó este martes el Instituto Chico Mendes, adjunto al Ministerio de Medio Ambiente.
Actualmente, unas 300 personas entre bomberos y voluntarios trabajan arduamente para apagar el fuego que se extendió debido al viento.
"En menos de 24 horas, el fuego afectó una superficie equivalente a la consumida en una semana por un incendio similar en 2007" , declaró a la prensa el coronel del cuerpo de bomberos Paulo Roberto.
Este siniestro es uno de los perores que se ha visto en Brasilia en los últimos tres años.
La semana pasada se presentaron otros tres casos similares en las zonas circundantes del parque y uno de éstos dañó unas instalaciones eléctricas, razón por la cual se produjeron cortes energéticos en algunas áreas de la ciudad.
Adicionalmente, otro incendio, localizado a unos 200 kilómetros de la ciudad, acabó con alrededor de 30 mil hectáreas de sabana del Parque Nacional Chapada dos Veadeiros, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a sus riquezas naturales.
Roberto explicó que la sequía ha causado un incremento de los incendios en el país en un 85 por ciento en comparación con los siniestros de épocas anteriores.
Los efectivos bomberiles también afirmaron que, pese a la magnitud de los incendios, éstos han podido ser controlados y se podrán extinguir en las próximas horas.
En la zona central de Brasil los incendios forestales son usuales entre mediados de abril y comienzos de octubre debido a que en esta época casi nunca llueve en la región.
Este año Brasil se ha visto castigada por la madre naturaleza. En junio pasado las intensas lluvias dejaron por lo menos 57 fallecidos en el noreste del país.